lunes, 11 de mayo de 2009

Pablo Fajardo no Pérez


8vo. Festival internacional documental en el Ecuador,
Encuentros del Otro Cine, edoc.





Del 7 al 17 de mayo 2009.
Quito, Guayaquil, Cuenca, Manta,
Ibarra y Portoviejo


www.festivaledoc.org

“Crudo” es el documental de Joe Berlinger (1), que trata el tema de la presencia nefasta de la Texaco en el oriente petrolero ecuatoriano. Este gringo desembarcó un buen día por estas tierras en donde el sol no tiene sombra y como todo gringo se fue a conocer lo que queda de la amazonía ecuatoriana. Lo que vio lo impactó tan profundamente que se animó a contar y denunciarlo todo en una película.

Y “Crudo” se trata de una película muy bien lograda, en ella se narra con rigor técnico, claridad comunicacional y sensibilidad artística la agresión más descarada y brutal al patrimonio natural del territorio ecuatoriano, preocupación también de buena parte de la humanidad conciente.

“Crudo” pone al descubierto la obscena asimetría del poder económico transnacional, aniquilando a los últimos representantes pueblos culturas amazónicas, Siona, Secoya, Cofán, Huaorani y Kichwa del oriente, victimados por el voraz apetito de lucro que caracteriza a las grandes corporaciones capitalistas, sea cual fuere su actividad y sus intereses.

La Texaco –hoy Chevron– extrajo petróleo crudo por más de 28 años y ayudada por toda clase de funcionarios y gobiernos traidores se llevó del Ecuador miles de millones de dólares, en algunos gobiernos exonerada inclusive de pagar impuestos al país, bajo el infame argumento de alentar la inversión extranjera. Se trataba del más decantado y descarado entreguismo.

En este período es donde esta transnacional comete su crimen atroz en la provincia de Sucumbíos. Junto a prístinas aguas ubica sus torres de perforación y un poco más allá sus piscinas –que suman cientos– en donde colectaban toda clase de aguas residuales tóxicas, minerales venenosos y petróleo. Según ellos, estas piscinas fueron “saneadas técnicamente” poniendo tierra encima. ¿Cómo es posible ocultar una cantidad tan alta de tóxicos y la contaminación de ríos y selva en el Oriente ecuatoriano, tan solo colocando una capa muy delgada de tierra encima de los depósitos letales? ¿Haría eso la Texaco en EE.UU..?

Pablo Fajardo en el juicio que sigue la comunidad de Cofanes que suman hoy apenas unos cientos de personas, demostró que hundiendo una herramienta pudo extraer una muestra del suelo envenenado y la toxicidad están ahí, apenas a 20 cm de profundidad, contaminando con sus lixiviados, las aguas con las que colonos e indígenas se bañan, alimentan y viven encima de estas piscinas de la muerte. Como consecuencia de todo esto, se ha encontrado una alarmante presencia de cáncer y toda clase de enfermedades cutáneas, en mujeres niños y hombres adultos. La gente lucha denodadamente en contra de la enfermedad, pero su precariedad económica profundiza su frustración y la gente se sigue muriendo.

“Crudo” entonces es también la exposición política y poética de la tenacidad humana cuando la alienta la verdad y la justeza de una causa. Ahí está Pablo Fajardo, el abogado proveniente de una familia muy pobre, declarado en 2008, triunfador en la categoría de Defensor de la Justicia, en el evento “Gente común, logros extraordinarios”, que premia la labor de héroes anónimos de todo el mundo, entregados a causas sociales y ambientales. Fue distinguido por litigar sin descanso y sin desmoralizarce, frente al poder descomunal de la Chevron–Texaco.

Pero este héroe es invisibilizado por los medios de información pública ecuatorianos, casi siempre emparentados con algún felipillo contento por que alguna migaja de la transnacional llena eventualmente sus bolsillos.

Pero sí está el ícono del marketing bancario entrometiéndose hasta en nuestros momentos más íntimos, convenciéndonos de que sí se puede marchar hacia el éxito y una vez logrado, mejor es convertirse en empresario y sacarle en cara a todos los pobres –a través de una millonaria campaña auspiciada por un banco–, que si la gente es pobre, lo es por que no se sacrifican como se sacrificó el gran atleta de la marcha, que millones podrían ser como él, exitosos; imagen de marca de un empresario dueño de un banco (al que le deberíamos toda nuestra "...confianza siempre"), de un canal de tv y numerosos medios impresos, que busca convencer a todos los ecuatorianos que el origen de la pobreza de millones no está en la descomunal polarización del ingreso y de la naturaleza excluyente del capitalismo, si no en la voluntad individual. Solo unos pocos escogidos triunfan, entre ellos Pérez, devenido en evangelizador del egoísmo intrínseco de los capitalistas que los han vuelto a todos ellos tan exitosos.

En fin, “Crudo” nos permite despertar de la somnolencia con que cada día la programación de la tv local, provoca en miles de miles, yo diría aquí y en todas partes. El cine documental en el Ecuador está atravesando por un buen momento, vale la pena ir a ver que está pasando con nuestra realidad a través de esas pequeñas ventanas que nos acercan a temas aparentemente lejanos y ajenos.

HISTORIA BREVE DEL CASO
El peor desastre petrolero del mundo.


Ecuador es actualmente el sitio de lo que expertos reconocen como el peor desastre petrolero del mundo, ahora llamado “el Chernobyl de la Amazonía,” por una contaminación desastrosa dejada por la transnacional Texaco (ahora Chevron).
Desde el año 1964 hasta 1992, la compañía petrolera transnacional construyó y operó pozos y estaciones de producción petrolera en la región norte de Amazonía Ecuatoriana.

Cuando llegó Texaco a esta región, se le concedió un territorio de alrededor de 1.500.000 hectáreas de selva pura donde vivían varias comunidades indígenas con sus costumbres ancestrales en armonía con la naturaleza. Hoy en día, docenas de comunidades siguen sufriendo las consecuencias de la contaminación que ha afectado su salud, elevando sustancialmente las tasas de cáncer en la zona, los problemas reproductivos y defectos de nacimiento.

Varias comunidades indígenas de la zona han tenido que abandonar sus hogares tradicionales.
Texaco contaminó una amplia zona del territorio nacional, botando desechos tóxicos y aguas de formación (desechos de aguas del proceso de explotación petrolero) de altamente toxicas en esteros y ríos además de la construcción de piscinas obsoletas y permeables que siguen contaminando las aguas subterráneas y la atmósfera.

Estos ríos y esteros son utilizados por más de 30.000 personas como fuentes de agua de consumo, cocina, aseo personal, riego, y pesca.
Durante la época en que operó Texaco en Ecuador, la transnacional decidió que, para maximizar sus ganancias, no utilizarían las técnicas ambientales estándares de la época que consiste en reinyectar al subsuelo las aguas de formación y desechos tóxicos que suben durante el proceso de perforación. En vez de hacer esta reinyección, Texaco desechó miles de millones de galones de agua de formación que contienen químicos tóxicos y carcinogénicos a la superficie.

La cantidad de crudo y desechos derramados en el medio ambiente ecuatoriano es 30 veces mayor a la cantidad vertida en el desastre del famoso tanquero Exxon Valdez en las costas de Alaska. Después de más de 10 años en las cortes de Estados Unidos, en donde se decidió que la transnacional Chevron debía someterse a las cortes ecuatorianas, se inició el juicio en el Ecuador en Mayo del 2003 en la ciudad de Lago Agrio.

Los demandantes incluyen colonos y cinco nacionalidades indígenas, Siona, Secoya, Cofán, Huaorani y Kichwa del oriente divididas en 80 comunidades sumando más de 30.000 afectados. Se exige la reparación de la zona la cual según expertos internacionales costaría alrededor de 6.000 millones de dólares.

Chevron sostiene que hizo una remediación en la zona afectada entre 1996 y 1998, remediación cuestionada por la contraloría.
Muestras de suelo tomadas después de esta “remediación” presentan altos niveles de contaminación, demostrando así la fraudulenta limpieza realizada por Texaco.

1. JOE BERLINGER. Es un director, periodista y fotógrafo estadounidense que ha dirigido y producido series de televisión, incluyendo el ganador del Emmy, 10 Days that Unexpectedly Changed America y la aclamada serie de TV Iconoclastas. Una voz líder en el área del cine documental, Berlinger hizo su primer filme en 1989. Outrageous Taxi Stories, que se convirtió en un favorito de culto y ganó 10 premios. Dirigió las afamadas Brother's Keeper, Paradise Lost y Metallica: Some Kind Of Monster, presentada anteriormente en los EDOC. Llega al festival con Crudo, la película inaugural, que tuvo su estreno mundial en el festival de Sundance.