lunes, 3 de mayo de 2010

Día mundial de la libertad de expresión1

Un mito del capitalismo


Por Julio C. Enríquez Cevallos

El ascenso del homo sapiens hacia una más alta humanización, es un proceso continuo de perfeccionamiento biológico-social-productivo, pero en medio de todo este edificante proceso se encuentran evidencias de que determinados seres humanos muy tempranamente, esclavizaron al propio ser humano; surgió a la faz de la historia la lucha por la libertad del oprimido y la determinación del opresor por mantener a toda costa los privilegios que le ponían por encima del resto de sus congéneres. Los opresores, al apoyarse mutuamente, formaron una casta que pretendía convencer a todos sus esclavos de su descendencia divina, la realeza europea “modernizada” es descendiente directa de esta necedad. Tan convencidos estaban los soldados japoneses de esta necedad oriental, que en la segunda guerra mundial se inmolaban en ofrenda a su divino emperador Hiroito (2).


En el pasado quien se atreviera a poner en tela de duda las creencias, leyes u origen del rey era hombre o mujer muerta. En Roma los emperadores asesinaron a quienes desafiaban al Estado esclavista, Espartaco (3) y cerca de seis mil de sus partidarios fueron crucificados por haber desafiado al imperio esclavista insurreccionándose por su libertad. En la edad media miles de hombres y mujeres progresistas fueron torturados hasta la locura y otros condenados a la hoguera por poner en riesgo la estabilidad del sistema eclesial-monárquico. Las sombras de la ignorancia y el miedo son las mejores condiciones en las que florece la tiranía, el despotismo, la dictadura del clero y la clase dominante. Esa oscuridad hizo añicos a culturas muy ricas que florecían en América, que bajo el fuego de sus arcabuces y de la crueldad de sus espadas aniquilaron a millones (4) e impusieron la necedad de su ceguera religiosa monoteísta (5) a los que sobrevivieron. Finalmente, y al cabo de 338 años después, los representantes de la monarquía clerical española fueron derrotados. De ahí en adelante, otros anhelos de libertad se alzaron en estas tierras.

Las culturas en pugna

El mundo arribó finalmente a lo que Lenin (6) ya previó en sus estudios acerca de los rasgos fundamentales del capitalismo; la expansión dominante de todos los capitalistas sobre la faz del planeta y esa tendencia le llevaría de manera natural hacia el monopolio y el imperialismo, es decir la dictadura del capital. Para que el capital y en consecuencia la sociedad capitalista sobreviva, se debe organizar el trabajo, la productividad del trabajo, para que la producción capitalista se lleve adelante se necesitan millones de trabajadores aparentemente “libres” y otros millones como de reserva para cuando al patrón se le ocurra despedir a los primeros, no tambalee el capitalismo. Ese juego perverso y cruel permite mantener la estabilidad del sistema y los salarios siempre a la baja.

Todo el mundo es “libre” de entrar o salir del sistema, entiéndase acogerse libertariamente al sub o desempleo o emprender el camino del empresariado –"laissez faire, laissez passer" (7), máximo ideal de libertad capitalista– para esclavizar el trabajo de los demás “libres” y estar en condiciones de contribuir al goce de esa gran “libertad” para unos pocos en el capitalismo. Toda esta libertad se le es dada a los ciudadanos del capitalismo siempre y cuando no atenten contra su estabilidad. Todo disidente, todo aquel que no piense lo mismo que la clase dominante es neutralizado como lo fue Rumiñahui, Eugenio Espejo, Luther King o Mandela. En los casos más graves fueron eliminados, piénsese en Che Guevara, Milton Reyes, Jaime Hurtado, entre muchos otros.

Así organizada y controlada la producción capitalista, hace falta crear la ilusión de “libertad” que se imparte a través de todos los establecimientos educativos; para esto se contrata y se halaga con privilegios de toda índole a una capa de personas con ciertos conocimientos que pretenden dictar las normas de conducta social y de pensamiento. Ellos dicen lo que está bien y lo que está mal, en donde se debe “corregir”, en donde se debe “rehacer”. Surge una cultura dominante que se impone a toda costa. Piense usted en la Universidad Central del Ecuador.

A estas personas se las conoce como intelectuales y tecnócratas del sistema capitalista. Son una capa o clase social que piensa y trabaja –conciente o inconcientemente–, para el conjunto de los grandes propietarios. Estos son los llamados “pensadores”, “analistas políticos”, “críticos literarios”, “jurisconsultos”, “constitucionalistas” y demás oficialistas de todo tipo, que constituyen un cuerpo teórico ideológico-jurídico que se conoce como “cultura dominante”. En torno y oposición de esta cultura dominante se gestan otro tipo de culturas, que son el reflejo de la vida de los trabajadores de la ciudad y el campo, de grupos sociales urbanos y pueblos originarios. Unas culturas son funcionales al sistema o emanan del propio sistema impartiendo normas de conducta social –se llaman modas y son urbanas–, otras están en construcción y reclaman el reconocimiento del Estado para su sobrevivencia. Los trabajadores propugnan una cultura de oposición permanente a la cultura oficial, puesto que la propuesta del proletariado busca exterminar para siempre la opresión de los grandes propietarios sobre el trabajo humano. La idea “vendida” por los adalides del capitalismo, de que es posible un “diálogo de culturas”, es una perversa patraña que busca cooptar a los oprimidos en beneficio de la estabilidad y perpetuidad del capitalismo.

Los opresores adalides de la “libertad”

Vivimos la gran paradoja de la decadencia. El opresor actual, el capitalismo imperialista, sus representantes locales y la capa de intelectuales a su servicio, hablan de auténtica democracia en el capitalismo, de mundo libre, de autodeterminación individual y de plena vigencia de las libertades, entre ellas la de circulación, de libertad de pensamiento, de expresión y de prensa. Sí, el decadente; el que sabe que va a morir; el capitalismo; miente por cada diente y lo hace a plena luz, embobando con sus argucias y enrevesadas elaboraciones teóricas a las mayorías.

De qué libertad gozan los migrantes cuando por todo lado se alzan los infames muros de las grandes potencias que intentan contenerlos. ¿Los estados xenófobos capitalistas hacen respetar sus mínimos derechos o por el contrario se los hunde con desprecio y vileza? ¿Se respeta la libre autodeterminación de los pueblos? ¿Tienen los trabajadores derecho a expresar libremente su pensamiento sin miedo a retaliaciones por parte de los grandes propietarios de las empresas? ¿Cuánto han tenido que luchar los pueblos originarios para conseguir en un papel que el sitio en donde viven sea declarado pluricultural? ¿Gozan los periodistas de los medios informativos de total libertad de pensamiento y expresión? ¿En que parte del mundo existe y se cumple esa rara gema capitalista? (8)

Que no nos mientan más. En lo fundamental, la libertad de opinión y de prensa (mass media) es de exclusivo usufructo de los capitalistas. Es de quienes posean capital y al margen de su procedencia de clase, están dispuestos a sumarse al conjunto de la clase dominante que defiende la opresión sobre los trabajadores.

Si los capitalistas defienden la libertad de expresión, lo hacen como una variante de la libre concurrencia del capital. Defienden para ellos y solo para ellos la libertad de opinar y la libertad de invertir en donde ellos estimen conveniente. La libertad en el capitalismo es una libertad capitalista restringida, no es para todos, de allí la frase “tu libertad y derechos terminan en donde empiezan los míos”, la libertad y derechos no están interrelacionados socialmente, están constreñidos al ejercicio individual del más poderoso. En ese sentido vivimos una ficción perversa de libertad y democracia que merecen ser enterradas y olvidadas para siempre, y ello ocurrirá, la voluntad de los pueblos avanzan con esa determinación. Nunca más golpes de estado como el de Chile y Honduras.

La libertad es un derecho social que se adquiere y se ejerce, no nos es dado por la sociedad opresora, ¿porqué entonces la ONU simplemente a un llamado suyo convence a los EE.UU., de no arrebatar la libertad a los iraquies o a los hondureños y tiene un ejército armado para precautelar la paz?

Al mismo tiempo el anhelo libertario es un estado de conciencia consustancial al ser humano, pero que existe en un marco histórico-político-social específico, nunca rebasa los marcos en que se ve constreñida, solo a condición de dar paso a una libertad más elevada, o a un grave retroceso, cuando eso sucede, en uno u otro caso, estamos ante una revolución, generalmente violenta.

En pro de la libertad los seres humanos han ofrendado sus vidas, sin otra recompensa que no sea la materialización de sus ideales que mucha veces quedaron truncos, es el caso de Eugenio Espejo, Simón Bolívar o de Eloy Alfaro. Pero este estado de conciencia social ha jalonado la historia hacia delante; fueron gigantescos los obstáculos que ha tenido que enfrentar la humanidad para avanzar hasta donde estamos hoy y fueron brutales los métodos que usó el opresor para silenciar la palabra cuestionadora, atemorizar al insurrecto y anular al combatiente por la libertad, pero nada detendrá el natural anhelo humano de vivir libre, de vivir en comunidad, sin opresores ni oprimidos.

La conmemoración del día mundial de la libertad de expresión no es más que un sofisma y un contrasentido en una sociedad basada en la opresión y explotación del trabajo ajeno.


Notas

1. Instituido hace 16 años por la UNESCO, el 3 de mayo de celebra el Día Mundial por la Libertad de Expresión.

2. Hiro-Hito (1.901-1.989), emperador de Japón (1.926-1.989), último que mantuvo (durante la primera parte de su reinado) la idea sintoísta de la divinidad imperial. Hiro-Hito nació en Tokio el 29 de abril de 1.901, y fue educado por importantes figuras militares.

3. En el año 71 a. C., en Apulia, se libró la última batalla (llamada por algunos historiadores como la batalla del Río Silario). Antes de la misma le llevaron su caballo a Espartaco, y él lo mató con su espada, diciendo: "La victoria me dará bastantes caballos de entre los enemigos, y si soy derrotado, ya no lo necesitaré." Decidió combatir a pie con todos los demás. Los esclavos, impulsados por el ejemplo de Espartaco, dispuestos a vender cara su derrota y jamás volver a servir a los romanos, pelearon desesperadamente, pero no pudieron resistir la superioridad de las legiones romanas. No se pudo localizar el cadáver de Espartaco. Los romanos hicieron 6.000 prisioneros, y decidieron dar al mundo una lección: todos los esclavos prisioneros fueron crucificados a lo largo del tramo de la Vía Appia entre Capua y Roma, separados uno del otro a unos aproximados 10 m.

4. El investigador estadounidense H. F. Dobyns ha calculado que un 95% de la población total de América murió en los primeros 130 años después de la llegada de Colón. Por su parte, Cook y Borah, de la Universidad de Berkeley, establecieron luego de décadas de investigación, que la población en México disminuyó de 25,2 millones en 1518 a 700 mil personas en 1623, menos del 3% de la población original. En 1492 España y Portugal juntas no superaban los 10 millones de personas y en toda Europa vivían entre 57 y 70 millones.

5. El papa Juan Pablo II pidió perdón por los errores que hubieran cometido los hombres de la Iglesia a lo largo de la historia, así como por haber dejado de hacer el bien necesario en favor de judíos y otras minorías perseguidas. En una carta enviada a los cardenales católicos, el papa Juan Pablo II exhortó a la Iglesia a reconocer los errores cometidos “por sus hombres, en su nombre”, y la anima a arrepentirse.

6. El imperialismo es el preludio de la revolución social del proletariado. Esto ha sido confirmado, en una escala mundial, desde 1917. El Imperialismo, fase superior del capitalismo, Lenin.

7. La frase "laissez faire, laissez passer" es una expresión francesa que significa "dejad hacer, dejad pasar", refiriéndose a una completa libertad en la economía: libre mercado, libre manufactura, bajos o nulos impuestos, libre mercado laboral, y mínima intervención de los gobiernos.

8. “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”. Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1.948. Es bien conocido la cantidad de  muertes de periodistas por causas políticas y de crímenes de Estado.