martes, 13 de mayo de 2008

ROQUE DALTON* - Buscádome lios



" No confundir, somos poetas que escribimos desde la clandestinidad en que vivimos.No somos, pues, cómodos e impunes anonimistas: de cara estamos contra el enemigo y cabalgamos muy cerca de él, en la misma pista . Y al sistema y a los hombres que atacamos desde nuestra poesía con nuestras vidas les damos la oportunidad de que se cobren, día tras día ".
(Roque Dalton, Poemas Clandestinos)



Buscándome líos:

La noche de mi primera reunión de célula llovía
mi manera de chorrear fue muy aplaudida
por cuatro o cinco personajes
del dominio de Goya

todo el mundo ahí

parecía levemente aburrido
tal vez de la persecución y
hasta de la tortura
diariamente soñada.

Fundadores de confederaciones
y de huelgas mostraban cierta ronquera
y me dijeron que debía escoger un seudónimo
que me iba a tocar pagar cinco pesos al mes
que quedábamos en que todos los miércoles
y que cómo iban mis estudios
y que por hoy íbamos a leer un folleto de Lenin
y que no era necesario decir a cada momento camarada.

Cuando salíamos no llovía más
mi madre me riñó por llegar tarde a casa.



EL GRAN DESPECHO

País mío no existes
sólo eres una mala silueta mía
una palabra que le creí al enemigo
antes creía que solamente eras muy chico
que no alcanzabas a tener de una vez

Norte y Sur
pero ahora sé que no existes
y que además parece que nadie te necesita
no se oye hablar a ninguna madre de tí

Ello me alegra
porque prueba que me inventé un país
aunque me deba entonces a los manicomios
soy pues un diocesillo a tu costa
(Quiero decir: por expatriado yo
tú eres ex patria)


YO ESTUDIABA EN EL EXTRANJERO EN 1953

Era la época en que yo juraba
que la Coca Cola uruguaya era mejor que la Coca Cola chilena
y que la nacionalidad era una cólera llameante
como cuando una tipa de la calle Bandera
no me quiso vender otra cerveza
porque dijo que estaba ya demasiado borracho
y que la prueba era que yo hablaba harto raro
haciéndome el extranjero
cuando evidentemente era más chileno que los porotos.


ALTA HORA DE LA NOCHE

Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre
porque se detendrá la muerte y el reposo.

Tu voz, que es la campana de los cinco sentidos,
sera el tenue faro buscado por mi niebla.

Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas.

Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta.

No dejes que tus labios hallen mis once letras.

Tengo sueño, he amado, he ganado el silencio.

No pronuncies mi nombre cuando sepas que he muerto
desde la oscura tierra vendría por tu voz.

No pronuncies mi nombre, no pronuncies mi nombre,

Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre.


COMO LA SIEMPRE VIVA

Mi poesía es como la siempre viva
paga su precio a la existencia en término de asperidad.

Entre las piedras y el fuego,
frente a la tempestad o en medio de la sequía,
por sobre las banderas del odio necesario
y el hermosísimo empuje de la cólera,
la flor de mi poesía busca siempre el aire,
el humus, la savia, el sol, de la ternura.


* Roque Dalton (1935-1975). Nacido en San Salvador, fue militante comunista y participó en las revueltas de su país encaminadas a conseguir las reformas económicas y sociales que pusieran fin al monopolio de las plantaciones y comercio del café. Por razones políticas tuvo que exiliarse, por lo que vivió en Nicaragua, Checoslovaquia y Cuba. Desde allí se incorporó a la guerrilla revolucionaria salvadoreña y, en extrañas circunstancias, fue fusilado por sus compañeros.
Su obra poética es sorprendente, pues en ella subyace un espíritu rebelde que plantea temas de fuerte contenido social, tratados de una manera irónica y sarcástica, cuyo resultado es de un enorme lirismo. Entre sus libros de versos cabe destacar: La ventana en el rostro (1961), El turno del ofendido (1964), El mar (1964), Poemas (1968), Taberna y otros lugares (1969) y Las historias prohibidas de Pulgarcito (1975).