jueves, 6 de enero de 2011

La luna tiene precio y se vendió...


Radio La Luna 99.3 FM forajida de su propia historia
 

Radio La Luna 99.3 FM  a partir de enero se convierte en   "La Deportiva 99.3 FM", no piense que le mentimos, no piense que el fantasma de Lucio Gutiérrez por fin destruyó la radio que "lo tumbó". No. Simplemente que en época de revolución ciudadana, la ciudadanía se quedó sin radio.

Para quienes no conocen la historia de Radio La Luna 99.3 esto puede parecer un simple cambio de imagen
o una nueva fase como lo dicen las cuñas que ya suenan en su programación,  pero  no lo es, esta es una muestra más de lo que nosotros llamamos "el doble golpe de la revolución ciudadana".

Un poco de historia 
Radio la Luna es la radio quiteña que en el año 2005 cumplió un papel predominante durante la "Rebelión de los Forajidos "que desembocó en la caída del entonces presidente Lucio Gutiérrez.
A través de la apertura de micrófonos, la radio se convirtió en un lugar de encuentro de quienes se  auto convocaron para salir a las calles  y que no se sentían identificados ni representados por ningún partido político.  Ante la ausencia de líderes predominantes, la Radio se convirtió en la canalizadora de las inquietudes y las propuestas de cambio que afloraban en aquel momento.
Pero, la participación de Radio La Luna en este proceso, es solo el mayor hito de una historia que no puede deslindarse del Centro de Educación Popular CEDEP, que es la fundación que la vio nacer.
La base de la Luna el CEDEP
El CEDEP durante los años 70s realizó un fuerte trabajo de  educación popular con campesinos y obreros,  además de programas radiales y publicaciones impresas con temáticas de Derechos Humanos.
La labor de capacitación del CEDEP se desenvolvió con el hilo conductor de la educación popular, en base a la teoría de Paulo Freire, que se desarroló en los años 70s en Brasil. La educación liberadora habla de la necesidad de la participación activa y la reflexión-acción para la transformación.
La línea de acción del CEDEP se centró en sectores rurales, aportando en procesos de capacitación a campesinos, indígenas y afro ecuatorianos. Mientras que, en el sector urbano- marginal el CEDEP trabajó en barrios, ofreciendo capacitación para la organización social y el liderazgo barrial.



Años 80
A inicios de los ochenta, Ecuador al igual que varios países de América Latina vive el fin de la dictadura, el retorno a la democracia y el  inicio de la arremetida neoliberal. En Ecuador, si bien no existió la brutalidad de la dictadura de Argentina o Chile, la represión de ideas, pensamiento y creación repercutió en la rebeldía posterior. Esto se refleja  en un despunte de la organización popular, necesaria para lidiar con el nuevo contexto de democracias de máscara, que no cesaron en las agresiones sociales, políticas y económicas hacia la población.
La Iglesia comprometida con los pobres, refuerza su labor desarrollada  en los 60s y 70s,  y surgen propuestas de educación popular como la de Monseñor Leonidas  Proaño en Riobamba,  una de las arquidiócesis más pobres, con gran cantidad de indígenas en la miseria. Esta raíz de la Teología de la Liberación influye mucho en la labor de quienes forman el CEDEP.
Hasta finales de los ochenta los sindicatos de obreros tenían el ritmo de las reivindicaciones sociales en el país. Como el Paro del Pueblo en 1983 que encuentra a muchos de los miembros del CEDEP en las calles, haciendo barricadas,  repartiendo hojas volantes y realizando producciones todas con el componente ideológico de la lucha de clases.
Luego en la época de Febres Cordero, "la dictadura disfrazada de democracia" el CEDEP expresa un fuerte componente ideológico de denuncia en sus capacitaciones, publicaciones y producciones.
Ya para fines de los ochenta, el panorama social cambia: la participación de los obreros se ve reducida, por la flexibilización laboral, los sindicatos pierden incidencia política y aparecen nuevos actores sociales   En este contexto el CEDEP se modifica parcialmente, trabaja con menos énfasis la cuestión política desde una visión de clase y orienta su trabajo exclusivamente a la producción en radio y video, dejando de lado la capacitación y las publicaciones impresas

Los primeros acercamientos del CEDEP a la radio
El trabajo en radio responde a la necesidad de trascender los espacios pequeños en comunidades, barrios y organizaciones. Llegar a un público más abierto y masivo, pero sin perder la esencia educativa y popular.
El trabajo del CEDEP en radio al aire empieza en 1981 con un programa semanal, de  15 minutos y luego de 30 minutos que se denomina Punto de Vista y que se difundía en casetes,  en alrededor de 40 emisoras de todo el país. Esta producción radial tenía como antecedente el boletín informativo impreso del mismo nombre, que llegaba a organizaciones de base, con artículos de opinión e información de diversos temas políticos, sociales, culturales.
Punto de Vista tuvo mucha acogida, porque utilizó el formato del sociodrama, radiodrama o radioteatro como elemento central en el tratamiento de diversos temas sociales, culturales y políticos. En aquella época el radioteatro, con pocas excepciones,  se había descuidado del panorama radial,  más aún en los noticieros.
Los informativos tenían básicamente como fuente informativa la lectura de la prensa. Esta era la modalidad general que requería un mínimo de personal y casi ningún gasto operativo y obviamente poco esfuerzo
El equipo de producción del CEDEP empieza a utilizar el formato del radioteatro, para explicar temas de fondo, como un recurso educativo que facilita el entendimiento a través de historias,  personajes, lenguaje cotidiano.
Así, a raíz de esta experiencia, en 1983, el CEDEP se dota de una cabina radiofónica para reforzar su labor en este medio  cautivante para la educación popular.
Durante los primeros años de producción radiofónica, el CEDEP realizó series radiales de diversos temas que le dieron prestigio en el mundo de la comunicación popular

Para descifrar La clave
Con el antecedente del programa Punto de Vista, en 1991 inicia La Radiorevista La Clave, de media hora de duración, que se transmitía diariamente de 12:00 a 12:30, en Radio Visión y se retransmitía por seis emisoras del país.
Esta radiorevista, no era el informativo actual La Clave, sino consistía en una fusión entre dramatizado, información y entrevista.
Todos los días se hacía una especie de reportaje, donde se mezclaban recursos de opinión e información y recursos dramatizados para hablar de un tema diferente cada día.
Con este formato La Clave salió durante tres años en Radio Visión. Después el propio Diego Oquendo, les pidió que se hagan cargo del informativo. Entonces el CEDEP asumió la producción del Noticiero La Clave- Visión, que estuvo en Radio Visión durante 3 años más. Posteriormente, existió un distanciamiento con la radio en época electoral. La gente del CEDEP estaba apoyando la primera candidatura de Freddy Elhers, con el movimiento indígena, mientras que Diego Oquendo apoyaba la candidatura de Rodrigo Paz, empresario y banquero vinculado a la centro-derecha.  Eso provocó la separación: "Nunca fuimos censurados. Fueron motivos políticos y para no ser censurados el mismo Oquendo nos pidió que nos vayamos"
La 97.3 que ahora es Hoy la Radio, les llamó para que realicen el informativo, pero en esa época ya estaba en trámite la concesión de la frecuencia propia por lo que no pasó mucho tiempo para que el Noticiero La Clave suene en casa propia.

El nacimiento de la Luna, el bautizo y el padrino
Radio La Luna 99.3 FM nació el 18 de septiembre de 1996, cuando empezaba la época de locos y el país veía con asombro a un presidente insultar y robar  mientras cantaba y bailaba, era el gobierno de Abdalá Bucaram.
Muchos de sus fundadores definieron a la radio como una radio cultural, otros como una radio donde el hilo conductor es la política. Estas diversas posiciones, la enriquecieron porque en sí, La Luna nació como un proyecto colectivo.
La Luna desde sus inicios se juntó al movimiento de Radios Populares, Alternativas, Educativas, Comunitarias, de América, con las que ya había compartido cercanía a través de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica y posteriormente con la Coordinadora de Radios Populares y Educativas del Ecuador, CORAPE.
En los años noventa el término "popular" que fue utilizado durante años para identificar a todo un movimiento social y comunicacional, empieza a transformarse. Quienes se alejaron de la corriente de la comunicación popular, argumentaban que este término basado en la extracción de clase dejaba fuera a otros actores sociales que se organizan y tienen demandas sociales a raíz de su condición de género, etaria o de raza, como las mujeres, los ambientalistas, los jóvenes, los indígenas. Se levanta una tendencia de comunicación de Radios Ciudadanas, es decir radios que promueven la "participación de la sociedad civil y la exigencia de derechos". Muchos se hicieron a esta línea teórica, mientras que otros no. Luis Dávila dice que La Luna "no se definió como ciudadana, comunitaria, popular. La Luna era un proyecto cultural"  mientras Paco Velasco dice: "a mí no me gusta ese término de ciudadanía, porque me suena a seres aislados, yo me quedo con la organización popular"
Con ese  frecuente debate interno, La Luna toma como objetivo primordial mostrar las diferencias que antes no se mostraban: los indígenas, el pueblo afro, el movimiento GLBT, los jóvenes.

La Radio en Quito
Quito tiene en su historia  un largo acumulado de revueltas de más de 500 años. Desde la resistencia indígena a la invasión española, los cientos de levantamientos, hasta las diversas revueltas para derrocar presidentes,  han tenido como centro Quito. El ser la capital y disponer de los diferentes Poderes del Estado, hacen de esta ciudad el escenario más frecuentado para cualquier reivindicación política.
Quito es una ciudad donde la mayoría de su población vive en la zona urbana y su formación poblacional responde a una migración interna  desde diferentes partes del país. Este proceso de migración se aceleró en los años 70, con el boom petrolero, cuando se produce la formación de amplias clases medias urbanas principalmente en Quito y Guayaquil. La migración también es extranjera, esto hace que la juventud de la ciudad construya su identidad adoptando diversos valores de otras culturas, pero a la vez manteniendo un gran apego a sus raíces. Además, Quito es una ciudad que desde la colonia ha tenido los centros educativos y universitarios más amplios del país,  logrando el acceso de gran parte de su población a la educación.
En esta ciudad y en todo el país, desde mucho antes de la caída de Bucaram, existe un traslado de la participación política de la ciudadanía  hacia fuera de las  decisiones de un partido y de cualquier afiliación política. Un ejemplo de esto, es la incidencia política desarrollada a finales de los ochenta por los padres de los hermanos Restrepo. El grito de una madre para que se esclarezca la verdad, estaba fuera de la agenda de cualquier partido político de ese entonces. Esta lucha se levantó con personas no afiliadas, madres que sentían solidaridad hacia otra madre, mujeres, hombres y jóvenes que se dieron cuenta que tienen voz, que tienen derechos y que romper el silencio desde espacios cotidianos, como salir todos los miércoles a la Plaza Grande a pedir justicia, pueden interferir en la política llevada a gran escala. Como lo dice Ataulfo Tobar:
Esta forma de motivación de la ciudadanía, va acuñándose en término de los derechos ciudadanos, de  la apropiación del espacio público. El ejemplo de los padres de los hermanos Restrepo sirvió muchísimo para que la gente sepa que puede participar
En este momento de maduración política de la población, Radio La Luna cayó como anillo al dedo, al ser una radio no vinculada a ningún partido político en específico, ni a las élites económicas, ni al estado, ni a la iglesia. Esto permitió que la voz de la gente común y corriente se junte, ejerciendo su derecho a la palabra.
Las personas que no se han sentido augusto con la representación política de los partidos establecidos, se sienten identificadas con la Luna: ambientalistas preocupados por la naturaleza, artistas sin espacios de expresión, mujeres reivindicando su lucha desde el feminismo,  jóvenes unidos en culturas urbanas marcadas fuertemente por la música. En sí personas, colectivos, grupos, que van proponiendo experiencias nuevas de participación política:
Todos esos grupos estaban en la radio. Estas formas de participación, redescubrieron el papel de la radio. Una radio que pase de la simple búsqueda de la expresión, a generar procesos políticos de cambio
La Luna abrió su antena a estas voces, como pocas radios lo hicieron,  ya sea en programas propios o abriendo la señal las 24 horas especialmente en coyunturas políticas fuertes, como los derrocamientos a presidentes, que en el país no es algo nuevo: todos los presidentes electos en las urnas desde los 90s han sido tumbados, derrocados o expulsados del gobierno, esto ha hecho que el país tenga 8 presidentes en menos de 11 años

El CEDEP, la Luna y  los vínculos con la revolución ciudadana?
En el CEDEP participaron profesionales en Sociología, Derecho, Comunicación, Economía, Educación e Historia muchos de los cuales estuvieron o están vinculados al gobierno actual de la revolución ciudadana,  así:
- Alberto Acosta, ex miembro del CEDEP, fue Presidente de la Asamblea Constituyente 2008 y fundador del Movimiento  País, luego denominado Alianza País.
- Diego Landázuri, actual miembro del CEDEP, tesorero de Alianza País, es parte de la nueva estructura de Alianza País, de lo que denominaron,  "el tercer círculo": La Coordinadora Nacional (CN).-  Luis Dávila, ex presidente del CEDEP, actual Secretario de Comunicación del Municipio de Quito-  Paco Velasco, ex Director de Radio La Luna, actual Asambleísta de País
Si bien, estos son los personajes visibles que legalmente han tenido una vinculación, existen personajes que no han sido miembros legales del CEDEP o de Radio La Luna, pero  estuvieron durante años vinculados de alguna forma o hicieron de la Luna su plataforma política, así:
- Manuela Gallegos, "ferviente forajida", ex Ministra de Pueblos, Movimientos Sociales y Participación Ciudadana, actualmente forma parte de la estructura de Alianza País.
-  Galo Chiriboga, abogado defensor de Radio La Luna, ex Ministro de Minas y Petróleo del gobierno actual.
- Ruptura de los 25,  Norman Wray concejal de Quito y María Paula Romo, asambleísta
Entre otros, quienes a través de los micrófonos de la Luna catapultaron sus candidaturas para la actual época de revolución ciudadana.
Esto debería ser una ventaja, un acierto y una oportunidad, pero para la Luna como para otras organizaciones sociales, se ha convertido en la maldición, la debilidad e incluso la desaparición.

¿Qué mismo pasó con la Luna?
Radio La Luna  vendió los derechos de transmisión al grupo empresarial de periodismo deportivo que era parte de Radio Rumba Deportiva, encabezada por Fabián Gallardo, Oscar Portilla y Mario Morales. La nueva imagen de la  99.3 FM será desde enero 2011: La Deportiva 99.3 FM.
La actual Ley de Radio y Televisión, artículo 11, establece que tras la autorización del CONATEL, un concesionario de frecuencia radioeléctrica puede arrendar la estación por el plazo de dos años. También se contempla la venta del medio, pero el nuevo dueño deberá renovar la concesión.
Entonces, la venta de los derechos de transmisión, es totalmente legal, y  como lo dijo Ataulfo Tobar, gerente de Radio La Luna,  en el Seminario-Taller El Rol Político de los medios de comunicación: "Es un convenio el cual como gerente tengo todo el derecho de hacer"  Tiene razón, nadie le quita su derecho a la propiedad privada y a la libre acción pero su venta no es legítima y rompe con toda la historia de una radio que logró penetrar en una ciudadanía que la siente suya. 



La crisis de la Luna en el contexto de revolución ciudadana y medios públicosEl 30 de septiembre cuando miembros de sociedad patriótica y personas opuestas al gobierno, de forma violenta irrumpieron al edificio de medios públicos del Ecuador, los periodistas informaban lo que sucedía de forma unidireccional sin encontrar una respuesta de la ciudadanía. Mientras esto ocurría, cientos de personas llamaban a Radio Luna y se auto-convocaban para ir a defender al presidente y si era necesario ir a defender con su vida SU radio, donde ellos y ellas han sido los y las protagonistas.
Si bien el papel de Radio Pública del Ecuador fue protagónico, al ser la radio que entrevistó al presidente Correa y brindó información exclusiva, la ausencia de la ciudadanía organizada o no organizada fue la tónica en los discursos de los medios públicos.
Los protagonistas oficiales, asambleístas, miembros de las fuerzas armadas, ministros, autoridades y en forma predominante el presidente Correa, fueron los actores de la noticia, dejando en segundo plano a una ciudadanía que arriesgó su vida para defender, no a una persona (el presidente) sino a un proyecto político en proceso por el que luchó durante años.
Esto demostró que si bien los medios públicos cumplen un papel indispensable en una sociedad democrática, a la vez, en 2 años de vida  no han logrado sintonizar con la ciudadanía de una forma que motive la reflexión- acción y por ende la participación política que tanto le hace falta a un gobierno sin base social concreta y con una dependencia de la imagen presidencialista.
¿Qué pasará con la nueva Radio Pública metropolitana de Quito? ¿Seguirá por el mismo camino?, nos preguntamos los y las jóvenes expulsados del derecho a la palabra.

¿Estatización de la palabra o democratización de la palabra?El doble golpe de la revolución ciudadana consiste en que por un lado se evidencian logros sociales que durante años permanecieron en el olvido, pero por otro lado, la organización social se estatiza no se fortalece, la juventud se burocratiza no se efectiviza el ser sujetos estratégicos del desarrollo, los espacios independientes se cierran para abrirse otros con empleados de salario más que de convicciones y así, todos y todas menguamos, no sólo la Luna.
Entonces, aunque los fundadores de un proyecto exitoso como Radio La Luna se hayan burocratizado o enmohecido, los y las jóvenes hoy más que nunca decimos, que la democratización de la palabra es más necesaria, la palabra es poder y el poder es del pueblo, por ende la política de democratización de los medios de un gobierno ciudadano debería contener, no sólo la construcción de medios públicos necesarios y urgentes sino también de medios ciudadanos, populares, alternativos, que traspasan a los gobiernos y su período de elección
¡No critiques a los medios, haz tu propio medio!¡Los y las jóvenes por el derecho a la palabra!¡La palabra no se estatiza, la palabra se democratiza!

LA FRASE CHISPOTEADA? 

¿¡Por qué no exigen cuentas a las más de 100 radios que existen en Quito!?, La Luna es una radio legalmente comercial que puede tomar sus decisiones" Ataulfo Tobar.