jueves, 9 de febrero de 2012

Crisis global y colapso civilizatorio

Esteban Mira Caballos
Rebelión
09-02-2012

Desde 2009 estamos asistiendo a la mayor crisis global del capitalismo en sus varios siglos de existencia. Éste sistema se ha caracterizado siempre por las crisis periódicas, pero todo parece indicar que la actual no es una más, sino la última, es decir, el inicio de la agonía de un enfermo terminal que tiene los días contados. Y es que el capitalismo neoliberal, una especie de totalitarismo económico como afirma Juan Pedro Viñuela, nos está llevando a un callejón sin salida, es decir, a altas cotas de desigualdad en el mundo y al agotamiento de los recursos. Es obvio que las reservas naturales del planeta son limitadas mientras que el capitalismo se basa en el consumo ilimitado, un modelo absolutamente insostenible que nos terminará pasando factura. La subida especulativa de los precios de los alimentos, así como el cambio climático pueden provocar gravísimos daños en un futuro no muy lejano. 


La globalización ha provocado que la crisis se haya extendido a nivel planetario, afectando no solo a los países desarrollados sino muy especialmente a los subdesarrollados. Es paradójico que la globalización haya mundializado los males de las economías desarrolladas pero no su estado del bienestar, pues la brecha entre el Norte y el Sur es cada vez mayor. Y como ha advertido Josep Fontana, esto no es fruto de la casualidad sino de la imposición de unas reglas comerciales desventajosas para los segundos. Para colmo la crisis de Occidente está paralizando o disminuyendo las ayudas al desarrollo, a la par que suben peligrosamente los precios de los alimentos. Según la FAO, en el África Subsahariana casi la mitad de la población vive al límite de la subsistencia por lo que, con el encarecimiento del precio de los alimentos básicos, se puede generar un auténtico drama alimentario. Ello justifica la proliferación en los últimos tiempos de motines, revoluciones y protestas populares que amenazan la estabilidad de muchos gobiernos, la mayoría de ellos tiránicos u oligárquicos.

El colapso civilizatorio llegará antes o después, quizás en pocas décadas. Progresivamente se irán agotando los recursos energéticos y minerales, aumentando las luchas por las pocas reservas que vayan quedando. En un ambiente de precariedad económica para cientos de millones de familias de todo el mundo, es posible que los regímenes políticos democráticos desaparezcan para dar lugar a otros totalitarios. Y no sólo en el Tercer Mundo sino también en Occidente. En este sentido, Tzvetan Todorov ha advertido en una reciente entrevista que estamos a pocos lustros del retorno de los totalitarismos a una Europa que erróneamente se cree vacunada frente a ellos. 


Y ante todo este problema que se nos avecina, ¿qué soluciones están dando los grandes poderes mundiales? Pues poca cosa, entre otros motivos porque parten de la base de negar que se trate de una crisis sistémica. Y siendo el diagnóstico erróneo, simplemente se limitan a colocar parches para que el sistema siga funcionando, aunque sea defectuosamente. Y lo peor de todo es que el remedio está consistiendo en una restricción progresiva de los gastos en servicios sociales. Es decir, más de lo mismo, más capitalismo y más neoliberalismo. Unas políticas que a corto o medio plazo terminarán desmontando el estado del bienestar que hasta estos momentos había sido uno de los signos de identidad de la vieja Europa.

Yo creo, de acuerdo con Eric Hobsbawn, que es necesario releer al filósofo alemán Karl Marx si no para aplicar su doctrina, al menos para inspirarnos en su filosofía. Todavía en pleno siglo XXI nos puede ofrecer algunas de las claves necesarias para superar la grave situación en la que estamos inmersos. Antes o después, el capitalismo se autodestruirá y, cuando esto ocurra, será necesario tener muy presente sus ideas de justicia social. Sin duda, Marx acertó de pleno cuando destacó las contradicciones del sistema, aunque se equivocó cuando sostuvo que sería la revolución proletaria la responsable directa de su caída. No parece que vaya a ser así; el capitalismo caerá fruto de sus propias contradicciones internas. 


Algunos pensadores ya empiezan a hablar de posibles alternativas. Interesante es la propuesta ecosocialista, un sistema aún no ensayado que se basaría, por un lado, en el decrecimiento sostenible y, por el otro, en la redistribución de la riqueza a escala planetaria. Obviamente, en estos momentos el éxito de este proyecto, o de cualquier otro alternativo, es impensable porque debería ir precedido de una revolución ética. Tras la crisis económica subyace un déficit crónico de valores; ya no quedan ideologías, ni vocaciones profesionales, ni soñadores. El mundo esta vacío, lleno de gente desilusionada que, en el mejor de los casos, sólo busca ganar lo suficiente para satisfacer su afán consumista. En estas circunstancias es difícil el cambio, pero, habrá que tener esperanza. Nadie dijo que sería fácil sino todo lo contrario. El camino será extremadamente duro pero, antes o después, nos veremos obligados a recorrerlo, con mayor o menor sufrimiento por parte de la humanidad.

LECTURAS RECOMENDADAS:

Fernández Durán, Ramón: La quiebra del capitalismo global, 2000-2030. Madrid, Virus, 2011.
Fontana, Josep: Por el bien del Imperio. Una historia del mundo desde 1945. Barcelona, Pasado & Presente, 2011.
Hobsbawm, Eric: Cómo cambiar el mundo. Marx y el marxismo 1840-2011. Barcelona, Crítica, 2011.
Reinert, Eric S.: La globalización de la pobreza. Barcelona, Crítica, 2007.
Stiglitz, Joseph: Free Fall: Free Markets and the Sinking of the Global Economy . Londres, Allen Lane, 2010.
Viñuela Rodríguez, Juan Pedro: Escritos desde la disidencia. Villafranca de los Barros, Imprenta Rayego, 2011.

lunes, 6 de febrero de 2012

Capitalismo de Tercer Mundo

La alienación se globaliza

06-02-2012

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


¿Cómo sucedió esto? ¡EE.UU., zar del capitalismo, se convierte en un país del tercer mundo!

Según el último informe del Buró del Censo de EE.UU. 46,2 millones de estadounidenses son pobres. Por cierto, los no conformistas que se oponen afirman que familias pobres, como las definen en EE.UU., incluyen grupos familiares que generalmente tienen alimentación adecuada, un hogar, televisión, teléfono, y probablemente un DVD y/o un PC, y un coche. ¡Bastante bueno, después de todo! Probablemente sea muy cierto; sin embargo, hay que considerar el umbral de la pobreza, como lo define el Buró del Censo, para una familia con dos niños en 2010 es de 22.113 dólares; los no conformistas que se oponen dicen: Y qué, más de 3.000 millones de personas viven con menos de 2,50 dólares por día. Por lo tanto: ¿De dónde sale esta afirmación de que 46,2 millones de personas en EE.UU. son pobres? ¿Son realmente pobres?
Una familia típica de cuatro personas en EE.UU. gasta 664,20 dólares al mes en alimentación, suponiendo que coman con un plan de bajo coste, según las estadísticas del USDA [Departamento de Agricultura de EE.UU.]; un plan liberal es de 1.013,80 dólares al mes. Esto significa que a la familia le quedan 1.178,55 dólares al mes para todo lo demás, incluidos seguros de saludad de 414 dólares al mes, la prima mensual promedio del país. Por lo tanto, a la familia de cuatro le quedan 764,55 dólares para cosas como el pago del coche, y el pago promedio por el coche en EE.UU. es de 475 dólares, pero ya que se trata de pobres, supongamos que sea la mitad de esta suma para un coche inferior o sea 237,50 dólares por mes, y un seguro promedio para el coche según un índice nacional es de 137,91 dólares por mes y los costes de vivienda promedio por mes para arrendatarios ascienden a unos 700 dólares por mes. Sumando y restando todo lo mencionado faltan 310,86 dólares por mes. Por lo tanto, la familia promedio de cuatro tiene que reducir 310,86 por mes de alimentación, seguro de salud, transporte, o vivienda a fin de terminar sin pérdidas. No sorprende que tantos estadounidenses no tengan seguro de salud porque si lo han eliminado les quedan 103,14 dólares o sea 3,44 por día, para el lavado de la ropa, cuidado dental, cine, adquisición de ropa o zapatos, libros, revistas, gasolina, reparaciones del coche, gastos de emergencia y todo lo demás que se desee. ¡Son verdaderamente pobres!
¡El capitalismo irrestricto de libre mercado no funciona! Es un orden socioeconómico obsoleto que fracasa sistémicamente en las clases intermedias y bajas. El Consejo de Relaciones Exteriores publicó un documento: “La estructura en desarrollo de la economía estadounidense y el desafío del empleo”, de marzo de 2011, en el que argumenta que las soluciones de libre mercado no funcionan. De la misma manera, el Banco Mundial publicó un informe en 2011, en el que declara: “… los países deben desarrollar instituciones nacionales más legítimas, responsables y capaces que provean seguridad, justicia y empleos a los ciudadanos”. Y el FMI intervino el año pasado con un documento titulado: “Desigualdad, apalancamiento y crisis”, en el que declara que la extrema desigualdad entre trabajadores y ricos es un motivo para la actual Gran Recesión y sugiere cambios radicales en los sistemas tributarios y reducción de la deuda para los trabajadores. ¡Los templos majestuosos del capitalismo lo comprenden!
¿Es correcta la Teoría de la alienación de Karl Marx? Señala que la alienación es el resultado sistémico de la naturaleza del capitalismo mediante el cual los trabajadores pierden invariablemente el control de sus destinos sometidos al control de la burguesía sobre los medios de producción desarrollados para extraer el máximo valor de plusvalía dentro del estado de competencia de los industriales. Es exactamente lo que han logrado los libres mercados capitalistas irrestrictos, exportando el valor de la mano de obra al licitador mundial más bajo, como China o India, México y el Sudeste Asiático. Esto, por su parte, ha aplastado a la clase media en EE.UU. y ha abierto la puerta a la ampliación de una permanente clase pobre de ciudadanos que, por su parte, provoca el debate político sobre atención sanitaria asequible y engendra, de una manera defensiva de diseño atrevido, los debates republicanos sobre que los impuestos más bajos en EE.UU. crearán más puestos de trabajo. Los impuestos no han sido tan bajos en cincuenta años y se crearon más puestos de trabajo bajo Lyndon Baines Johnson, cuyo aumento anual de empleos del 3,9%, según el Buró de Estadísticas Laborales, es el mayor de cualquier presidente desde la Segunda Guerra Mundial, cuando los impuestos eran el doble. ¿De qué están hablando?
Es  simplemente deplorable el hecho de que La Teoría de la Alienación tiene mérito porque el capitalismo, una vez que se le permitió fijar las reglas; ejemplos: política tributaria distorsionada que favorece al capital por sobre el trabajo y la abolición de la Ley Glass-Steagall, ha aplastado los sueños de la clase media estadounidense y liberado un empobrecimiento incontrolado al nivel del tercer mundo en todo el país. Las familias de clase media se sienten más pobres que nunca e inseguras respecto a su trabajo, y los verdaderamente pobres se sienten desesperadamente perdidos. ¿Así funciona el capitalismo?
Un 60% de los estadounidenses apenas gana lo suficiente para vivir. El 80% más bajo de los grupos familiares estadounidenses posee un 7% de los activos financieros líquidos. Más de 40 millones de estadounidenses reciben vales para alimentos. Las historias del colapso de la clase media aumentan entre las publicaciones más apreciadas de EE.UU.: Atlantic Monthly, Time, Arizona Republic, LA Times, NY Times, y en un informe del Pew Charitable Trust en Washington Post. Los artículos deploran el estado de colapso de la clase media de EE.UU.
A Wall Street, sin embargo, le va bien porque camina como sobre algodones porque el resultado final de las corporaciones internacionales se beneficia del acceso a pools de condiciones laborales de bajo nivel y hábiles arreglos tributarios offshore. Como resultado, y en combinación con reglas y favores gubernamentales que favorecen a los capitalistas financieros, los ricos se enriquecen mucho más. Es el capitalismo en acción en la sociedad actual, el capitalismo contemporáneo libre de restricciones, la mano invisible del libre mercado, tal como lo predican profetas como Milton Friedman… que la mano libre de los mercados funcione y que la teoría del efecto de filtración realice milagros… ¿para quién? ¡La historia reciente muestra que la economía de oferta es más que una teoría!
Mientras tanto, EE.UU. parece cada vez más una república bananera con una clase permanente de pobres, una clase media cada vez más pobre e impotente frente a los ricos cada vez más ricos, los aristócratas que controlan hábilmente quién asume un puesto público, como el de presidente, y si Mitt Romney tiene la suerte de conquistar la presidencia, el incipiente mar de fondo de disenso, es decir el movimiento Ocupa y la manifestación en Wisconsin de la clase media estadounidense contra el establishment, vivirán un renacimiento. Los republicanos quieren volver a reducir los impuestos, lo que no hará nada a favor de los pobres o la clase media de EE.UU. sino que inclinará aún más la balanza a favor de los potentados, quienes supuestamente deben utilizar su nueva riqueza para hacer crecer a EE.UU. Francamente, esto no ha dado muy buenos resultados desde que Reagan se las arregló para estrangular a la nación con deudas récord (convirtiendo a EE.UU. en la mayor nación deudora del mundo durante su gobierno) mientras realizaba una economía Robin Hood a la inversa, quitando a los pobres y a las clases medias para dar a los ricos. La agenda de Reagan sigue persiguiendo a los pobres y a las clases medias con poco alivio para un gobierno privado de ingresos ya que los ingresos de impuestos federales como porcentaje del PIB son los menores desde los años cincuenta. Es lo que los republicanos de la economía de la oferta llaman “hambrear a la bestia”.
Es cuestionable si la continuación de Obama en la Casa Blanca bastará para aplacar a los pobres y a las clases medias, sirviendo para mitigar futuros estallidos de disenso por parte de una ciudadanía en decadencia. Lo más probable es que poco cambiará fuera de la continuación de la lenta, continua, reducción del estilo de vida de los pobres y de las clases medias en EE.UU., que conduce lánguidamente por el camino hacia un seguro disenso/levantamiento de las masas, ¡validando el ingenio de la Teoría de la Alienación!
Es posible que EE.UU. se vea obligado, para evitar los disturbios en las calles, a adoptar lo que hizo famosa a Dinamarca: el Movimiento Cooperativo Danés, que es un medio de organización económica bajo el liderazgo de corporaciones controladas por los consumidores y/o los productores en las cuales cada miembro individual posee una parte de la corporación. Según el Wall Street Journal, y la Heritage Foundation, Dinamarca ocupa el puesto número 11 entre las economías más libres del mundo. Según datos del Departamento de Estado de EE.UU., “… su nivel de vida es uno de los más elevados del mundo, con un PIB per cápita de 58.500 dólares, lo que convierte a Dinamarca en el 18 país más rico del mundo”. La carga fiscal promedio en Dinamarca es de un 46%. The Economist afirma que Dinamarca es una de las economías más competitivas del mundo. Su economía mixta, que incluye un gran Estado de bienestar, figura como uno de los mayores niveles de igualdad de los ingresos del mundo, y sus niveles de vida están por sobre el promedio europeo. Tal vez sea una alternativa viable para la condición de una retrógrada república bananera.
Robert Hunziker tiene una maestría en historia de la economía en la Universidad DePaul. Vive en Los Ángeles.