“No se trata de que surjan artistas famosos, sino de que, en conjunto, logremos reflejar una idea de lo popular, que nos ayude en este proceso de cambio social”.
Julio Enríquez es un joven periodista y narrador que se ha propuesto hacer realidad una forma comprometida de ver el mundo y la vida, para lo cual, desde muy temprano, ha estado vinculado a los procesos de lucha por el cambio y el ideal de un mundo nuevo y una nueva sociedad.
En ese camino ha encontrado la posibilidad de sensibilizarse frente a las cosas que pasan a su alrededor y ha buscado la forma de contarlo; lo ha hecho a través del periodismo y hoy lo hace mediante la literatura, con la publicación de un libro de relatos, titulado DETRITUS.
Actualmente forma parte de una agrupación cultural denominada “Demolición”, que es un colectivo intergeneracional de renovación, transvanguardia y ruptura, en el campo de las artes y las letras en el Ecuador, grupo que está decidido a “activar la demolición de cualquier canon, círculo, argolla o tribu de “elegidos” por las musas, supuestos propietarios del buen gusto y de inmutables verdades literarias”.
¿Desde cuándo está vinculado a esta agrupación?
“Hace tres años me vinculé a los talleres literarios de la Casa de la Cultura, dirigidos por el escritor Diego Velasco, quien nos dio la oportunidad de encontrar un estilo, una forma particular para contar, para decir nuestras inquietudes. De ahí nació este proyecto que lo hemos denominado “Movimiento Demolición”, que surge con una visión realmente grande, desmesurada, porque también ha sido grande y desmesurado el ataque contra la cultura y la creatividad de los pueblos de nuestro país. Nos oponemos a esos intentos de hacer desaparecer aquello en lo que está fundada la cultura de nuestros pueblos, que hunden sus raíces en miles de años atrás y que tienen una historia maravillosa. Además nos declaramos continuadores de estos grandes momentos que ha vivido nuestro país en la historia literaria, es decir queremos seguir los pasos de nuestros grandes narradores, a los que asumimos como padres, como maestros, estoy hablando de Gallegos Lara, de José de la Cuadra, de Alfredo Pareja; sabemos que somos aún muy pequeños, que estamos iniciando este proceso, pero tenemos en el corazón anidada la esperanza de poder contribuir a que se desarrolle un nuevo movimiento literario en nuestro país, movimiento comprometido con los cambios que se van dando actualmente en nuestra sociedad”.
¿Usted habla de narradores exclusivamente o el movimiento también tiene otra clase de creadores como poetas, teatreros, críticos?
“La ambición al haber dado origen a este movimiento pasa por la idea de juntar a todos aquellos hacedores del arte, a todos los que tengan la posibilidad de, mediante cualquier género literario, contribuir para la recuperación de lo ecuatoriano, porque a mi juicio ha habido un proceso de vaciamiento de lo ecuatoriano que hoy, ventajosamente, está siendo nuevamente recuperado, pero no por los pueblos, sino por una clase que ahora está en el poder: la pequeña burguesía que está aportando de manera significativa para la recuperación del arte popular. El Movimiento “Demolición”, está convocando a narradores, poetas, autores de audiovisuales, videos, cine, a los artistas plásticos, para generar un movimiento que recupere todo lo ecuatoriano y lo proyecte desde lo popular, contribuyendo así para mirarnos desde lo primigenio y así estar orgullosos de nuestras raíces”.
¿Podemos decir que es un movimiento que busca la renovación, el cambio y que está contra las viejas estructuras en el arte y la literatura?
“Indudablemente, eso ha sido materia de debate a lo interno de nuestro movimiento, creemos que es necesaria la renovación de la literatura para asumir nuevamente lo que somos. No se trata de catapultar personalidades, ni de que surjan poetas, pintores, artistas famosos, sino de que, en conjunto, logremos reflejar una idea de lo popular, de lo ecuatoriano, que nos ayude en este proceso de cambio social”.
¿El arte y la literatura pueden ser un arma para realizar los cambios sociales que requieren nuestros pueblos?
“Nosotros estamos convencidos de que sí podemos aportar con nuestro trabajo cultural para oponernos a ese proceso de vaciamiento de lo nacional, de lo popular. Nos han hecho creer que lo que somos es la selección nacional de fútbol; este proceso de imposición del neoliberalismo ha configurado un enorme vacío de la cultura en el Ecuador; hoy, ventajosamente, con un régimen de carácter nacionalista, al que también tenemos que criticarle, vivimos un proceso de recuperación, quizás lento, pero ya se ven elementos muy importantes que nos dicen que hay gente interesada en recuperar la esperanza y reflejar, a través de la producción artística, al Ecuador verdadero”.
¿En qué conceptos y aspiraciones basa “Demolición” su actividad cultural?
“En la idea de unir a todo lo progresista, a los amantes de lo nuevo, a los que están en contra de la institucionalización de las artes, queremos romper con la burocratización de la cultura, la consagración de aquellos que se entregan al sistema, es decir somos contrarios al oficialismo y luchamos por establecer una nueva forma de generar lo popular, de producir un arte que esté con los cambios que necesita nuestra sociedad”.
¿Qué hace Julio Enríquez dentro de este movimiento?
“Estoy comprometido totalmente con los postulados del Movimiento y tengo la firme determinación de seguir produciendo en el campo de la literatura pero, además, quiero incursionar en lo audio visual: cine, televisión, para rescatar aquellas cosas que, aparentemente, no tienen valor, que están escondidas y que todavía no han salido a flote. En nuestros países hay cantidades de historias que aún no han sido contadas. Esa es una tarea que quiero asumirla con alegría, entusiasmo y esperanza”.
Por Alfonso Murriagui
Tomado del Quincenario Opción
Entrevista aparecida el 20 de mayo de 2009
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