Por: Vicky Pelaez
Especial para ARGENPRESS.info
Si hubiera tenido que elegir entre el gobierno sin prensa o la prensa sin gobierno, habría preferido el último (Thomas Jefferson, 1787).
Desde la aparición del primer periódico en 1547, todos los gobiernos del mundo han tratado de dominar los medios de comunicación para ocultar la verdad que no les favorece. En estos tiempos de la globalización, que permite a las mega transnacionales apoderarse de la prensa, creando un complejo informativo de agencias de prensa internacionales con capacidad de imponerse a los gobernantes, y crear la opinión pública de acuerdo a sus intereses, la libertad de expresión se ha convertido en un rehén del poder corporativo, la verdad ha sido distorsionada o reemplazada por la mentira o el silencio.
Desde este punto de vista, la reciente masacre de los nativos amazónicos por la policía peruana acabó siendo el resultado del ataque de los nativos contra agentes del orden público que trataron de salvaguardar la democracia. Así, las seis etnias amazónicas, los guardianes de la selva que protegen la tierra ancestral de la privatización y la invasión de las corporaciones, se convirtieron en 'bárbaros e ignorantes agresores', mientras, el estado peruano y su líder Alan García que ordenó dispararles por tierra y aire, fueron presentados como lúcidos demócratas por la prensa globalizada. Por supuesto ninguna agencia de información cuestionó la velada declaración de García sobre la injerencia venezolana, boliviana y ecuatoriana en la tragedia de la semana pasada. Sólo hicieron eco de la versión gubernamental, y no mandaron periodistas a la zona del conflicto. Para qué hacerlo si son fabricadores de la "verdad programada con anticipación".
Por la insinuación contra Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, considerados por las corporaciones energéticas como enemigos de la globalización, Alan García es exonerado de sus pecados y callan el cierre de las radios locales amazónicas y en especial la radio "La Voz de Bagua" que fue la primera en denunciar "la masacre, las desapariciones de más de 60 nativos y la quema de cadáveres no identificados por los militares y la policía". Sin embargo, los intentos de Morales, Chávez y Correa de defender la democracia de la agresiva campaña mediática de los oligopolios nacionales, son denunciados por las agencias como ataque a la libertad de prensa.
El vociferante globalizador Mario Vargas Llosa, que se desgañita denunciando "la dictadura de Chávez", enmudeció como por magia frente al genocidio del presidente peruano. Son en realidad compadres de la misma causa y sirven al mismo patrón, que en gratitud los remunera y les crea la ilusión de ser ciudadanos de "primera clase", a diferencia de los nativos catalogados como seres de "cuarta categoría". El concepto de democracia, que tanto anhela Vargas Llosa, es definido por el departamento de estado norteamericano. Cuando critica la "agresiva actividad" de Hugo Chávez contra los medios privados, el escribidor denuncia persecución de la prensa venezolana.
Felizmente en estos tiempos globalizadores y del Internet, la verdad es muy difícil de ocultar. Las viejas mañas de distorsión y ocultamiento de las agencias, ya no pueden con la avalancha de la comunicación alternativa. Para muestra un botón, a los minutos del cierre de La Voz de Bagua la noticia ya circulaba por el mundo.